Es algo que trasciende que
va mas allá de lo que la mente humana puede concebir, ya que la meta mas aceptable
es ser como Jesús.
Muchas veces en las
iglesias nos llenamos de líderes, todos quieren ser líderes, todos tienen que
ser líderes, pero al fin y al cabo ¿lideres de que o de quien?
Da tristeza ver como en
los últimos tiempos las iglesias son más faltas de amor y no diciéndolo por sus
pastores porque ellos son los que más se preocupan por las almas. Esto se dice
por los líderes, nos hemos acogido al afán de ser líderes pero no nos hemos
enfocado en el amor que se le debe implantar a aquellas personas que llegan por
primera vez o aun así a los más antiguos. Nos queremos llenar de números pero
¿Dónde dejamos la calidad de personas?
Estamos trasformando el
mundo haciendo crecer el cristianismo y enseñándoles de Dios, pero ¿ de verdad
estamos implantando en otros el corazón de Dios? Son un sin número de preguntas
que cuestionan el trabajo de un líder.
Para mi concepto un líder
debe ser aquel que te guie pero no esperando nada a cambio, sino que su triunfo
es el triunfo de sus discípulos. Un líder debe enfocarse en el amor hacia los
demás y cuando logra enfocarse en esto lo vive y vive para dar ejemplo de Dios
a sus discípulos.
Un líder siempre debe
llevar la delantera, estar para guiar, pero también debe permitir que otros
crezcan ya que el líder no es el único que puede triunfar.
Un verdadero líder es
aquel que lleva a sus discípulos a la meta y este es su triunfo.
Lo que está pasando es que
en la sociedad moderna los lideres y pues bueno la mayoría de las personas se
enfocan en ser vistas y crecer pero en un nivel físico incontrolable y dejan
atrás la unción, la presencia y el amor de Dios.
Por este motivo muchas
veces no queremos estar en nuestras iglesias, no encontramos personas que en
verdad nos edifique, porque hemos cambiado la cultura de la iglesia, donde
antes abundaba el amor ahora la gente se separa por sus diferencias.
Reconozco que muchas veces
nosotros los líderes hemos criado a nuestros discípulos de esta forma, y así no
se puede. Puede que no tenga toda la sabiduría ni nada pero de algo si estoy
segura y es que cada que un líder crezca debe enfocarse primero que todo en el
amor porque es el único que hace que las personas permanezcan en la iglesia y
sean de gran impacto al mundo.
La idea es ser portadores
de amor, dejar atrás nuestra conveniencia, nuestro egocentrismo, y no buscar
números, sino buscar calidad.
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